(Articulo de el diario el pais ) Albert Camus escribió famosamente que todo lo que sabía sobre moral lo aprendió jugando al fútbol; del mismo modo, yo podría escribir que todo lo que sé sobre moral lo aprendí jugando al tenis. Lo curioso es que, a pesar de que lo abandoné a los 15 o 16 años por culpa de las señoritas, las novelas y la cerveza, sigo aprendiendo del tenis. O por lo menos de los tenistas. Mientras jugué al tenis, mi ídolo era Ilie Nastase, de quien aprendí cosas que nunca olvidé (“No hay nada más difícil que hacer fácil lo difícil”, decía más o menos Nastase, traduciendo a su modo y sin saberlo un dictamen medieval: “Ars est celare artem”). Ahora que ya no juego al tenis, mi ídolo es, por supuesto, Rafa Nadal; de él resulta difícil no aprender a diario. Tomemos por ejemplo su partido contra Djokovic en semifinales de Roland Garros, uno de los mejores que recuerdo. Cuando terminó, con la victoria de Nadal, mi editor me repitió por SMS las palabras memorables que ...